domingo, 8 de mayo de 2011

La no originalidad



 “No hay nada nuevo bajo el sol”. Esta frase pronunciada por el rey Salomón fue tomada por los postmodernos y transformada en una de las ideas que más controversia causó.

La postmodernidad dice: ya no hay nada nuevo. Nada de lo que creemos o inventemos ahora va a ser auténtico y único, porque es una reinterpretación de algo que se creó.

En el ámbito de las artes, Marcel Duchamp fue uno de los primero que vislumbró esta condición y comenzó a producir una serie de obras que para muchos fueron plagio, pero que en realidad contaban con pequeños elementos que dotaban de un nuevo sentido a la obra, y prácticamente la reinterpretaban.





Pero en el teatro esto siempre sucedió. El teatro tiene una constitución postmoderna intrínseca que solo somos capaces de comprender hoy.
Siempre las representaciones teatrales han sido lecturas, versiones, puntos de vista de un texto. Y los textos propiamente tal, son representaciones, recreaciones o reescrituras de la realidad.
De hecho, “Canario” es la versión chilena, o en otras palabras, la reinterpretación que hizo el actor Héctor Morales de la obra “El Buen Canario” de Zach Helm. Pero esta es solo la segunda que se ha hecho. La primera fue puesta en escena por John Malkovich, con una perspectiva y escenografía transgresoramente distintas. Este es uno de los millones de ejemplo que ruedan y se dejan llevar por el circulo del tiempo.




En el teatro nunca hay nada nuevo. El teatro vive constantemente incorporando elementos y medios, para dar nuevo sentido a las cosas y a las propuestas. El teatro se sostiene  en la postmodernidad y juega con todos los puntos de vista posibles.


Simultaneidad

La irrupción de los mass media en el mundo generó dos fenómenos: la simultaneidad de las comunicaciones y la pérdida de la temporalidad lineal en las artes.
Los mass media han permitido en que las noticias se trasladen de un extremo a otro en segundos, rompiendo así esa barrera que antes nos distanciaba por meses de los sucesos que ocurrían al otro lado del mundo. Tomamos conciencia de las vidas simultáneas. http://www.recercat.net/bitstream/2072/83508/1/Binder2.pdf

El teatro ante toda esta transformación de la vida, decide subirse a la vorágine de y comienza a hacer incorporaciones y así volver a acercarse a la verosimilitud del mundo y la realidad.
El teatro contemporáneo, como dice Fernando del Toro, en su libro Semiótica y teatro latinoamericano, busca “una desestabilización irreversible del lugar escénico” (p. 159), a través de romper con la visión unívoca y rectangular del escenario y de la trama, por medio de incorporar espacios distintos que permitan el desarrollo de historias simultáneas, de historias que se traslapan y desordenan el orden secuencial, obligando al espectador a centrar su atención en un foco o a hacer el esfuerzo de abstraerse para captar todo.


Un ejemplo de esta simultaneidad incorporada en el teatro, es observable en el siguiente fragmento del guión de la obra “Canario”:

(Charlie, un hombre vigoroso entrado en sus cuarenta, vestido con elegancia con un suéter y pantalones termina de empacar cajas en su atiborrada oficina)
(Jack está sentado en un sillón al otro lado de la oficina)
(De repente se ilumina el escenario mostrando el departamento de Jack y de Annie. Annie está ahí, ahora con Jeff. Las escenas se enciman) 





El teatro postmoderno

El teatro no quedó exento de la influencia de las ideas postmodernistas. De hecho se vio obligado a reescribir y reescribirse.
Ideas puntuales de la postmodernidad fueron transformadas en recursos teatrales por algunos directores e incorporadas dando forma a nuevas estructuras de los escenarios y escenografías. El teatro, y en específico el escenario es convertido en un espacio de intervenciones y experimentos que reflejan la inquietud ante las ideas de deconstrucción y ruptura, sobre los paradigmas modernos y sociales, propios de la postmodernidad.
La mayoría de las mutaciones se pueden ver reflejadas tanto en el texto teatral como en la obra de Zach Helm, “El Buen Canario” o “Canario” que fue la puesta en escena de la versión chilena.






Ahora bien, algunas de las ideas que se materializaron en el teatro fueron:
  
Ruptura del escenario: el escenario deja de ser concebido como un rectángulo. En algunos casos es deformado o son difuminados sus bordes, como en la puesta en escena de la obra “Ubú Rey” propuesta por alumnos de la escuela de teatro de la universidad Católica, quienes, a través del juego de luces, intentaron abrir los límites del escenario para simular un escenario propio del teatro callejero (http://www.teuc.cl/swf/montajes/uburey-articulo-escenografia.pd)

Otro caso, y que es el más utilizado en el teatro postmoderno, es el de la incorporación de muchos espacios independientes, dentro del mismo escenario. Este recurso intenta romper con el punto de vista centrado en un solo sector de la obra, y abrir las posibilidades de enfoque, dando cuenta de una de las ideas fundamentales de la postmodernidad, que es muy bien expresada por las palabras de Gianni Vattimo: “no hay una historia única, lo que existe son imágenes del pasado propuestas por puntos de vista distintos”. Puntos de vista distintos reflejados en múltiples escenarios dentro de un escenario.

En la obra de teatro “Canario” este recurso se puede visualizar plenamente en la estructura del escenario. Dentro del escenario mayor hay otro más pequeño que corresponde al comedor y living del departamento de Annie y Jack. Fuera de este, se configura un espacio vacío en que se construyen imaginariamente diferentes escenarios, como la oficina de Charly (el editor de libros) y el hospital (donde llega Annie, luego de haberse tragado un tubo para pelo).

La siguiente imagen, corresponde a una escenografía montada por Ramón Griffero y ayuda a imaginarse lo que es un escenario fragmentado y simultáneo, así como también, de un escenario dentro de otro:







 Interdiscursividad: la interdiscursividad es una variante de la intertextualidad (relación entre textos o incorporación de un texto en otro), y consiste en la relación que establece una obra con los diferentes recursos o soportes del arte, por ejemplo videos, fotografías, música, etc. http://www.21.edu.ar/descargas/institucional/ciencia_tecnica/11070.pdf

El teatro comienza a incorporar estos conceptos como elementos tecnológicos que intervienen o complementan el sentido de la obra.
Un ejemplo claro de esto será propuesta de la obra "Sin Sangre" (http://radio.uchile.cl/noticias/107679/), de la compañía Teatrocinema, y que cuya transmedialidad podemos observar en el video:





Los directores teatrales Alberto Kurapel y Ramón Griffero fueron precursores en el uso de estas formas.
Las obras de Alberto Kurapel, dramaturgo chilenoe, son tildadas de “transmediales”. Un ejemplo es su obra “off, off, off” se caracteriza por la incorporación principalmente de imágenes como un recurso que nos permite ingresar en la mente y en las memorias de Mario, quien ya no puede verbalizar nada porque pierde su capacidad de lenguaje. En este caso, el medio utilizado nos traslada a una dimensión a la que de otra forma no podemos acceder, y media el diálogo ausente y perdido del personaje.
Ahora bien, el dramaturgo Ramón Griffero va un poco más lejos ya que en sus obras veremos visualizadas palabras con el objetivo de reemplazar el diálogo lingüístico de los personajes por imágenes

La obra “El buen canario” tiene incorporado tanto en el texto como en la puesta en escena caos similares de intermedialidad a los usados por los dramaturgos. Pero esta obra, lleva la interdiscursividad a un nivel pleno:

·    Las imágenes han flash back de momentos del pasado, permitiéndonos acceder a recuerdos que colaboran con la configuración del sentido de la obra. Esto lo vemos reflejado en la siguiente cita del texto teatral:
“Empieza a sonar Drunken Butterfly, de Sonic y en la pantalla aparecen fotos de Annie vomitando y tomando anfetaminas conforme luces esporádicas alumbran” ("El buen canario", Zach Helm, p. 78)

  • Los videos forman parte de la escenografía.



  • Los videos constituyen escenas. Esto se puede ver mucho mejor reflejado en la puesta en escena de la obra. Hay un momento en que los actores desaparecen y se proyecta un video que recrea toda la cena a la que asisten Annie y Jack para conocer al posible editor de su libro.
  • La música es manejada por los mismo actores, y en específico por Annie, quien prende y apaga la radio según el momento y el sentido que pueda aportar la música a la escena.


La ruptura del escenario y la intermedialidad dan cuenta de alguna de las transformaciones que sufrió el teatro las últimas décadas, dando paso así a una nueva concepción e interpretación de esta forma de arte.
La respuesta al por qué de todos estos cambios, reside en el hecho innegable de que el teatro siempre ha sido una representación de la representación de la condición social y política de la época en que se configura. Es por eso que lo que hoy sucede en las salas teatrales, lo que hoy estamos viendo como espectadores, es un espejo que trata de contener la maraña, el caos y la simulación sobre la que se construye nuestra condición postmoderna.


La escenografía de la Postmodernidad


Para muchos escritores la postmodernidad es una reescritura de los planteamientos modernos y un relleno de los espacios que dejó en blanco la Modernidad. Pero no puede concebirse la postmodernidad como una continuidad o un progreso de la época moderna y sus ideas, porque la postmodernidad no continúa, sino que destruye, o en palabras de Derrida, deconstruye. De hecho, esta deconstrucción es una de las primeras características que nos permite perfilar el rostro de lo que Jean François Lyotard llamaba, “la condición postmoderna.” http://www.avizora.com/publicaciones/textos_historicos/jean_francois_lyotard/0001_la_condicion_postmoderna.pdf

Antes de destruir, los postmodernos observaron ciertos pilares de lo que se llamó Modernidad, que por un lado eran inconsecuentes, y por otro, insostenibles.

La Modernidad fue una época de alumbramiento, que cimentó toda su estructura en lo que Lyotard denominó “Los Grandes Relatos”. Estos grandes relatos corresponden a los proyectos y concepciones que fundamentaron toda la cosmovisión y política de esa época, y se pueden resumir en tres:

·      Un primer gran relato tiene su origen en la historia concebida como relato único
·      Un segundo gran relato es la instauración de “ideales modernos” como el del “hombre ideal”, que debía responder a cánones europeos.
·      El tercer gran relato era la creencia en que el único punto de vista correcto y supremo es el corroborado y respaldado por la razón. Y que además a través del desarrollo de la razón es que se podría conseguir el bienestar del hombre y el progreso industrial.


La postmodernidad surge como una reacción alérgica a todas estas ideas. De hecho, Jean François Lyotard dedica todo su libro La condición postmoderna, a dar cuenta del fin de  los grandes relatos.
Una de las razones planteadas por Lyotard se ve reflejada en la siguiente frase que promulgó Gianni Vattimo en su libro En torno a la postmodernidad: “no existe una historia única, existen imágenes del pasado propuestas desde diversos puntos de vista, y es ilusorio pensar que exista un punto de vista supremo (…)” Gianni Vattimo.


En resumidas cuentas ningún ideal modernista es sostenible en un mundo globalizado y conquistado por los medios de comunicación masivos, que transgreden fronteras, pluralizan y conectan todas las culturas, haciendo posible la circulación de millones de perspectivas y millones de ideales, de millones de puntos de vista sobre la historia, y millones de hechos que amenazan la autenticidad de la razón, amenazando también a la verdad.

A partir de esta puesta en duda de la verdad, es que aparece Derrida y plantea la deconstrucción, no como un concepto meramente teórico, sino como una acción que propia de la postmodernidad. Es una acción que “trata siempre de deshacer, des-edimentar, descomponer, des-constituir sedimentos, artefactos, instituciones”, con el objetivo de desnudar las estructuras y desde ahí cuestionar la necesidad de una verdad.
En consecuencia, Derrida comienza a perfilar el fondo de un nuevo útil conceptual de la postmodernidad: la subjetividad.
Además de cuestionar la verdad,  cuestiona la existencia de estructuras invariables o de textos. Derrida no concibe la idea de que los textos posean una unidad de sentido y que por tanto, el objetivo del interprete es aprehender ese sentido,  descifrar el verdadero significado y así ofrecer la interpretación definitiva.
Así como ya no existe una historia única, tampoco existe una verdad única, sino más estamos inmersos en un mundo con muchos criterios de verdades diversas. Es esta irrupción y aceptación de la diversidad la que le arruina la vida a lo objetivo y lo obliga a ser prefijado por sub, para dar origen a una de las palabras más recurrentes en nuestros discursos: subjetividad.





Todos lo planteamientos desarrollados anteriormente, se reúnen en el hecho de que vivimos en un mundo que no puede ser estandarizado, ni mirado y determinado por una perspectiva. Hay muchas visiones, hay muchos ideales. Existen veces que estos reúnen y caminan hacia un objetivo, pero es innegable la existencia de otra fuerza que vaya en contra, de otro grupo de gente que mire al revés y busque el objetivo contrario. Por lo mismo es que Derrida decide deconstruir, pero no para volver a construir otra alternativa, sino para quedarse en la permanente conciencia de vacío.

La postmodernidad en la medida que se presenta como un antagonista de su precedente, también comienza a mirar a la sociedad de ese momento y se percata de ciertos fenómenos y situaciones que terminan siendo objeto de sus opiniones y argumento de sus ideas.
La sociedad de comienzo y mediados del siglo XX es testigo de los progresos que se alcanzan por las revoluciones industriales y la guerra. La televisión, el video, el cine, la radio, la fotografía, son elementos tecnológicos que se incorporan en nuestras vidas. Estos elementos con el paso de los años comienzan a masificarse a tal punto, que se les acuñó el concepto mass media, o, medios de comunicación masivos.
Para los postmodernitas la incorporación y el uso de estos elementos acabó con la realidad y dio paso a una era de la simulación. Esto lo explicó muy bien Manuel Almagro en su libro A dust of Word. Novelas y Postmodernidad (http://books.google.cl/books?id=QCXK4XgNuaAC&pg=PA3&dq=manuel+almagro,+a+dust&hl=es&ei=tf3GTfPmFMrbgQfK9fTKBA&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CCkQ6AEwAA#v=onepage&q&f=false), donde dijo:


  • “nos paseamos por el mundo experimentándolo de manera casi virtual […] porque frecuentemente la experiencia de ese mundo se da a través de la lente de una cámara fotográfica o de video […] [vemos] la realidad no directamente, en el espacio y en el tiempo, sino de forma mediada a través de la cámara, y no ahora, sino después en casa, en el televisor” (p. 18)
  • “la función de la experiencia no es tanto ser vivida sino como ser revivida a través de un soporte material” (p. 18)
  • “[…] supone no una continuación, sino una desviación completa y un cuestionamiento explícito del proyecto de la modernidad” (p. 24)

La simulación, la falta de historia única, la irrupción de una multiplicidad de puntos de vista, no sólo fueron teorías que quedaron en la boca de los filósofos. La postmodernidad se les escapó de las manos y encontró en el arte el material perfecto de difusión y de materialización. 

sábado, 7 de mayo de 2011

Obra de Teatro "Canario"



“Canario” es la versión chilena de la obra “El Buen Canario” escrita por el norteamericano Zach Helm, quien también fue el guionista de la aclamada película Stranger than Fictionhttp://www.biografias.es/famosos/zach-helm.html

La obra trata de Annie, la protagonista,  quien dirige su vida de acuerdo a una lógica regida por un trastorno mental expresado en drogadicción, desórdenes alimenticios, ansiedad y paranoia. El único puente que la conecta con el mundo y lo hace un lugar más habitable, es Jack, su esposo.
Annie escribe un libro donde compila y describe todas las imágenes de los abusos que sufrió en la infancia, pero por miedo a la opinión de los habitantes del mundo real tan ajeno y tiránico para ella, pide a Jack que asuma la autoría del libro.
El libro es leído por Charly, editor de literatura, quien lo encuentra tan alucinante que lo envía a donde un editor famoso. Este, considerando una maestría el libro, decide publicarlo. La noticia puede cambiar la vida de Jack y Annie. Pero Jack necesita de la ayuda e inspiración de Annie, quien vive casi ausente.
La problemática se suscita en todo el intento que hace Jack por contener y salvar a Annie. Intento que la empuja a un precipicio y a un fin tan destructivo, que llena todos los espacios del escenario y los desconfigura.

“Canario” es la representación de toda esta temática, bajo una lectura que aporta al planteamiento postmoderno que ya viene impregnado.
http://www.terra.cl/entretencion/index.cfm?id_cat=131&id_reg=1610822













Es una obra que desconcierta mucho, que a la gente no le provoca una satisfacción o una purgación de las pasiones suficiente para que aplauda las 3 veces de aprobación total. Que además hace que la gente no salga sin saber que pensar. Yo, lo único que pensé fue: esto es muy postmoderno.